El arte en la luz, la luz en el arte.
La pintura como inspiración, referencia constante.
Luz teatral, nacida para el escenario.
Luz de corte sartorial, un traje a medida para la obra de arte.
Iluminación como síntesis y sustracción.
Un recorrido, una narración a través de la luz que se remonta a la etimología de la palabra «foto-grafía» - escribir con luz - para profundizar y comprender la importancia de la relación que une la luz de Davide Groppi con el Arte.
RECORRIDO #1 | LA LUZ DE DAVIDE GROPPI Y EL ARTE
RECORRIDO #2 | ILUMINAR EL ARTE
RECORRIDO #3 | LUZ EN EL ARTE
LA LUZ EN LAS OBRAS DE LA COLECCIÓN PEGGY GUGGENHEIM DE VENECIA
Tres podcasts realizados por la Colección Peggy Guggenhein de Venecia en colaboración con Davide Groppi abordan el tema de la luz en el arte
El profundo y constante vínculo entre la luz de Davide Groppi y el arte moderno y contemporáneo encontró una síntesis y su coronación en 2018, el año en que la empresa pasó a formar parte de Guggenheim Intrapresæ, el prestigioso grupo de empresas punteras que sostienen la programación y las actividades de la Colección Peggy Guggenheim de Venecia. Una extraordinaria realidad, visitada por más de 380 000 personas al año, que incluye obras maestras de Picasso, Dalí, Magritte, Brâncuși, Pollock, Ernst y - por nombrar solo algunos de los italianos presentes en la Colección - Fontana, Vedova, De Chirico, Basaldella. Este vínculo siguió desarrollándose en 2019 con el evento NelBlu, un viaje sensorial entre luz y arte realizado en la Colección Peggy Guggenheim por Davide Groppi e inspirado en particular a «El Imperio de las Luces», una extraordinaria obra de René Magritte presente en la exposición permanente del Museo. Esta obra de Magritte representa de manera plástica y definitiva la importancia de la luz en el arte y su centralidad a la hora de crear atmósferas evocadoras y modificar la realidad, llevando al espectador a «otra» dimensión.
Davide Groppi y la Colección Peggy Guggenheim: una colaboración centrada en la luz
Hoy volvemos a colaborar con la Colección Peggy Guggenheim para profundizar un tema que nos interesa especialmente: el uso de la luz por parte del artista al pintar su obra. Las tres obras elegidas no son de las más conocidas de la Colección Peggy Guggenheim, pero representan de manera particular el tema de la «luz de artista». Para ello, proponemos tres podcasts originales, uno por cada obra, realizados por PGC Venezia, y que tratarán exhaustivamente el tema. Las obras seleccionadas son: Ventanas abiertas al mismo tiempo, parte 1, motivo 3 (1912) de Robert Delaunay, Sin título (1953) de Tancredi Parmeggiani, y Veintitrés esculturas de dibujos de Picasso (1964) de Egidio Costantini.
Ventanas abiertas al mismo tiempo, parte 1, motivo 3 (1912) de Robert Delaunay
La obra es uno de los “fragmentos de arco iris” propuestos por Delaunay en su serie Ventanas, fruto de los conocimientos científicos sobre la luz y el color de principios del siglo XX, una parte integral de la trayectoria artística del autor. En Ventanas, la reflexión sobre la luz es el centro de la obra del pintor. Una luz que fragmenta la realidad, creando un ritmo cambiante, que obliga al ojo a desplazarse incesantemente sobre el lienzo en busca de un punto de referencia imposible. «La luz se revela aquí en toda su autenticidad», como escribió Apollinaire, refiriéndose precisamente a la obra de Delaunay.
Sin título (1953) de Tancredi Parmeggiani
Tancredi Parmeggiani fue un artista precoz e innovador. En su obra, la luz cambiante y brumosa de los inviernos venecianos, la inspiración del mosaico bizantino, el uso del color kandinskiano conducen a un irisado “puntillismo espacial”, con el que construye estructuras sólidas inundadas de luz tenue, que casi se vaporiza en la atmósfera. La trayectoria artística de Tancredi quedó pronto interrumpida por el suicidio en 1964, pero sigue siendo única por la declinación personal - típicamente veneciana - de los estilos más innovadores de su época.
Veintitrés esculturas de dibujos de Picasso (1964) por Egidio Costantini
La transparencia del cristal lo hace acogedor frente a la luz, dispuesto a recibirla, para formarse con ella. También el arte veneciano parece reflejarse en el cristal: pintura de luz, aire, vibración de agua y cielo. Egidio Costantini, «maestro de vidrieros», se coteja con la modernidad del arte del siglo XX, plasmando en cristal los dibujos de Picasso, Chagall, Arp y muchos otros, en una iniciativa que Cocteau llamará «La forja de los ángeles». Las veintitrés obras componen una serie de esculturas inspiradas en dibujos de Pablo Picasso, que el artista español entregó personalmente a Costantini.
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Textos de Michele Mingrone
