El arte en la luz, la luz en el arte.
La pintura como inspiración, referencia constante.
Luz teatral, nacida para el escenario.
Luz de corte sartorial, un traje a medida para la obra de arte.
Iluminación como síntesis y sustracción.
Un recorrido, una narración a través de la luz que se remonta a la etimología de la palabra «foto-grafía» - escribir con luz - para profundizar y comprender la importancia de la relación que une la luz de Davide Groppi con el Arte.
RECORRIDO #1 | LA LUZ DE DAVIDE GROPPI Y EL ARTE
RECORRIDO #2 | ILUMINAR EL ARTE
En busca de la luz perfecta
“Vestir con luz» una obra de arte en exposiciones o eventos es, sobre todo, un honor y un privilegio… pero también es una gran responsabilidad.
Existe el gran riesgo de falsificar, distorsionar y alterar la percepción correcta de la obra.
¿Qué le habría gustado al autor? ¿Qué tipo de luz realzará mejor el sentido profundo de la obra?
¿Qué luz revelará un detalle inesperado pero fundamental?
Pensar en la luz adecuada para el arte significa conocer el significado de la obra, las intenciones del artista, elegir qué historia contar y cómo contarla. Una narración a través de la luz que se remonta a la etimología de la palabra «foto-gráfica»: escribir con luz.
Sustraer para desvelar, esconder para revelar
Iluminar el arte es una labor de síntesis. Quitar en lugar de añadir, ocultar la fuente de luz lo máximo posible. Al ocultarse, el objeto-lámpara revela, descubre, deja el centro de la escena a la obra, de la que debe fluir la luz, casi como si naciera de su interior.
Cada obra tendrá su luz perfecta, como un vestido hecho a medida, cosido y cortado a mano por el sastre. Por esta razón nos gusta hablar de «luz de corte sartorial», personalizada a través de la reflexión y el conocimiento. Una luz que puede captar el momento de la creación en la mente del artista y proponerlo al ojo de quien admira la obra.
Una luz narrativa y teatral, pero también discreta y respetuosa.
No invasiva, pero tampoco temerosa; no pretenciosa y sin embargo incisiva.
Un maridaje alquímico de contrastes aparentes, pensamiento lateral aplicado al arte.
La luz de corte sartorial de Davide Groppi: algunos ejemplos
Captar la esencia de la obra, vestirla con un traje de luz hecho a medida. Escribir un relato de luz que tiene por protagonista al arte. Un relato cuyo fin no es solo «mostrar» la obra, sino sobre todo comunicar su emoción y encanto.
Esta es la auténtica misión de la luz de corte sartorial de Davide Groppi. Un objetivo a alcanzar a través del equilibrio entre luz directa e indirecta, la estrecha relación entre la obra y su entorno, la búsqueda de lo esencial, el arte de la sustracción.
Cada proyecto es un nuevo relato de luz.
Por ejemplo, al iluminar el interior de la cúpula de la Catedral de Piacenza, buscamos lograr la máxima discreción y ligereza, pensando en la luz como al último color de la paleta etérea del Guercino.
Para la exposición de Mantegna en Mantua, pensamos en cambio en una armonía de luz directa e indirecta, gracias al uso de superficies reflectantes capaces de multiplicar y refractar la luz para poder resaltar los detalles desde abajo, aunque los vínculos del emplazamiento obliguen a instalar las luces arriba.
Un reto particular fue la iluminación del apartamento de Víctor Manuel II en el Castillo de Moncalieri en 2017, después del gran incendio que lo había dañado gravemente. Gracias a un sistema dinámico, con lámparas especiales y tótems para ambientes, tratamos de relatar la historia del lugar, revelando tanto el pasado como el presente.
Una luz cíclica, en movimiento continuo, capaz de mostrar tanto el drama actual como la magnificencia del ayer.
Estos son solo algunos ejemplos de la luz de corte sartorial de la que hemos hablado: elegida cada vez teniendo en cuenta la obra, las intenciones del artista y el contexto en el que está inmersa. Una luz respetuosa del arte, capaz de conmover en lo más hondo.
Porque el lugar de la luz es… allá donde sea necesaria. Y nada es más necesario que el arte.
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Textos de Michele Mingrone
